HECHOS Y CIFRAS
- 173 millas náuticas
- 185 km
- 19 días en Albania
- 7 días en puerto
- 12 días fondeados
19 DÍAS DE AVENTURA EN ALBANIA – UN PAÍS DIFERENTE Y AUTÉNTICO
El 18 de mayo partimos de Bar hacia Albania, un país del que teníamos poca información y sobre el que tuvimos que investigar bastante antes de llegar, ya que el turismo marítimo es un tema presente en el país tan solo desde hace pocos años. Las infraestructuras náuticas se limitan a un puerto deportivo para la navegación de recreo en todo el país, mientras que los demás puertos se utilizan para actividades comerciales e industriales. Albania tiene una población de aproximadamente 3 millones de habitantes. No pertenece a la Unión Europea, por lo que ya sabíamos que nuestra estancia en este país sería muy diferente de todo lo que conocíamos hasta ahora en Europa.
Para entrar al país tuvimos que comunicarnos con un agente que se encargó de todas las formalidades necesarias.
El trayecto de Bar a Shengjin, nuestro puerto de entrada, fue todo un reto. No solo por haber sido una de los trayectos más largos desde nuestra partida, sino también por la tormenta y el temporal que nos sorprendió poco antes de llegar al puerto. La oscuridad, la intensa lluvia y los relámpagos que cayeron cerca del barco complicaron la navegación y la visibilidad. Al avistar puerto, nos sentimos aliviados y contentos de haber llegado sanos y salvos.
El puerto de Shengjin, donde atracamos, es uno de los puertos comerciales y está repleto de tanques y barcos industriales y pesqueros. Nuestro agente esperaba nuestra llegada en su coche bajo una intensa lluvia. Tras atracar junto a dos barcos impresionantes, fuimos a su oficina, que es una mesa en un restaurante de un hotel cercano al puerto. Mientras tomábamos algo, el agente se ocupó de completar la documentación requerida. Al día siguiente, nos entregó el permiso de navegación y nos hizo un recorrido por la ciudad en su coche.
Shengjin se encuentra en pleno desarrollo turístico. En cada esquina se aprecia la construcción activa de edificios y hoteles destinados al turismo de playa masivo. La ciudad tiene una playa larga y un paseo marítimo repleto de restaurantes y hoteles.
Nuestra segunda parada en Albania fue un gran contraste con Shengjin. Fondeamos en la playa de Rodoni, rodeada de naturaleza, caballos salvajes, una iglesia franciscana y un castillo del siglo XV. Este lugar es visitado principalmente por gente local, aunque también había algunos turistas.
A pesar de la belleza de la playa, nos encontramos con una preocupante acumulación de basura, lo que nos impulsó a iniciar una limpieza. Por suerte, sólo querían comprobar nuestra documentación y que teníamos permiso para estar en el país. También nos preguntaron qué día teníamos previsto partir. Informamos que teníamos pensado continuar a la mañana siguiente.
Al día siguiente, salimos a pasear, y entablamos una conversación con un amable guardia de seguridad del cabo Rodoni, quien compartió con nosotros muchos detalles sobre Albania y sua acontecimientos políticos de las últimas décadas. Mientras hablábamos, los dos policías del día anterior pasaron por delante de nosotros y nos preguntaron por qué seguíamos aquí. Tras una breve llamada telefónica, nos pidieron que abandonáramos el lugar inmediatamente, ya que no teníamos permiso para estar en este sitio sin escolta, lo que no había sido un problema el día anterior. También nos ordenaron que abandonáramos el lugar inmediatamente con nuestro barco. Como ya eran las 11 de la noche y la oscuridad suponía un alto riesgo para nuestra continuación del viaje debido a las numerosas redes de pesca sin iluminar, afortunadamente pudimos acordar no salir hasta el día siguiente, con la condición de encender la señal AIS para localizar nuestro barco.
Tras estos acontecimientos y numerosas conversaciones, nos dimos cuenta de que, aunque Albania ha dejado atrás el comunismo oficial, esta mentalidad sigue muy arraigada en algunas personas.
En Durres, fondeamos cerca del puerto industrial, al cual debíamos acceder para llegar a la ciudad. Aunque la ciudad en sí ofrecía poco que ver, aprovechamos la oportunidad para abastecernos con lo necesario para continuar la travesía hasta Saranda, nuestra última parada antes de Grecia. En esta ciudad planificamos estacionarnos durante una semana para poder explorar el interior del país con coche de alquiler.
El puerto de Saranda está destinado al tránsito de ferries y cruceros, principalmente procedentes de Grecia y tiene pocas plazas para embarcaciones recreativas. Éstas pueden obtenerse contactando previamente con un agente, que también se hace cargo de los trámites de salida del país. Sin embargo, es posible que haya que habilitar el atraque para los cruceros que lleguen.
Saranda nos recordó en muchos aspectos a Shengjin, con una infraestructura orientada al turismo masivo. Sin embargo, se nota la proximidad con Grecia y que el turismo está más presente allí desde hace varios años que en el norte. Desde aquí, pudimos visitar varias ciudades del interior de Albania, que se caracterizan por su naturaleza virgen, su tradición y su autenticidad.
Las personas locales con las que hablamos fueron muy amables y dispuestas a compartir información sobre el país. A pesar de las condiciones, a veces muy precarias, siempre sentimos una gran disposición a ayudar, algo a lo que no estamos acostumbrados en Europa Central.
Con un salario promedio de 400 € al mes, los precios en Albania son considerablemente más bajos que en Europa Central, salvo en productos importados. Esto hace que el país sea muy atractivo para vacaciones o para vivir después de la jubilación. No obstante, este atractivo conlleva a una gran concentración de personas y la construcción descontrolada en las zonas costeras del país.
Estamos muy positivamente sorprendidos por este país y sabemos que algún día volveremos.
LO MÁS DESTACADO DE ALBANIA
PORTO PALERMO: Está situado a 30 kms de Saranda, en la Riviera de Albania. Aquí está situado el castillo Porto Palermo que merece una visita. Es la fortaleza mejor conservada erigida en la región, la cual fue construida por Ali Pasha
GJIROKASTRA: Es una hermosa ciudad a 54 kilómetros de Saranda. Su centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es un raro ejemplo de ciudad otomana bien conservada. La ciudad está dominada por la fortaleza de Gjirokastra, muy bien conservada y cubierta de bóvedas de piedra en casi toda su longitud.
BLUE EYE: Es una fuente cárstica situada entre Saranda y Gjirokastra. Se trata de un agujero en la tierra del cual mana agua en grandes cantidades y con una fuerza increíble y con una profundidad de al menos 50 metros.
BUTRINT: Es un Parque Arqueológico Nacional situado al sur de Saranda con un ambiente especial creado por una mezcla de arqueología, monumentos y naturaleza. Lo mejor es visitar este parque lo más temprano posible por la mañana, ya que está invadido por los turistas horas más tardías.
PERMET: es una ciudad conocida por su impresionante paisaje montañoso, su cocina tradicional y sus aguas termales naturales.
BERAT: Conocida como la “ciudad de las mil ventanas”. Es una ciudad llena de historia y belleza arquitectónica. Desde el castillo se tiene una vista muy bonita de la ciudad y sus alrededores. No te pierdas probar la comida local y comprar frutas y verduras en los numerosos mercados locales.
MÁS IMPRESIONES DE ALBANIA
LA RUTA DE NAVEGACIÓN EN ALBANIA
- Budva – Shengjin
- Shengjin – Capo Rodoni
- Capo Rodoni – Durres
- Durres – Portonuovo Bay
- Portonuovo Bay – Slano
- Slano – Porto Palermo
- Porto Palermo – Saranda