EXPLORANDO MONTENEGRO

HECHOS Y CIFRAS

NUESTRA EXPERIENCIA EN MONTENEGRO

Después de casi un mes explorando Croacia, ya nos sentíamos listos para descubrir un nuevo país en el Mar Adriático: Montenegro.

Tras declarar nuestra salida en la ciudad histórica de Dubrovnik, nuestra última parada en suelo croata, pusimos rumbo a Zelenika, el primer puerto de Montenegro donde debíamos informar nuestra llegada a las autoridades portuarias y a la policía.

Montenegro es famoso por su impresionante litoral, la protegida bahía de Kotor y sus majestuosas montañas. Como el país tiene una costa relativamente corta para navegar, optamos por un permiso de navegación de una semana para nuestro velero. Después de fondear dos días en Kotor y seguir sin querer marcharnos, decidimos prolongar nuestra estancia otros 7 días. Era la primera vez desde nuestra partida en abril que teníamos un fondeadero tan protegido y tranquilo. Esto nos permitió disfrutar de la cultura y la gastronomía del país así como también descubrir otros lugares fuera de la bahía de Kotor.

Estos son los lugares donde fondeamos en Montenegro:

  • Zelenika
  • Tivat – Porto Montenegro
  • En Kotor, encontramos un lugar para fondear al lado de algunos otros barcos. Allí hicimos nuestra primera gran pausa de navegación donde dedicamos cinco días a explorar más a fondo la bahía de Kotor. Aunque la influencia del turismo ya se notaba claramente, pudimos disfrutar de días tranquilos rodeados de naturaleza y del aire fresco de la montaña. La arquitectura medieval, los callejones de piedra y las viejas murallas que rodean el casco antiguo nos hicieron retroceder en el tiempo. Por primera vez, nos animamos a salir a correr por la mañana e hicimos una ruta en bicicleta hasta Perast, en el otro extremo de la bahía. Una de las excursiones especiales fue la subida a la fortaleza de San Juan. Aunque el camino tiene muchos escalones, la vista panorámica desde la cima mereció todo el esfuerzo. La vista de la hermosa bahía de Kotor es fascinante.
  • Herzeg Novi
  • Sveti Stefan
  • Bar

Nuestra primera parada fue Zelenika, ya que es la primera opción para entrar en el país navegando desde Croacia. Llegamos a primera hora de la tarde y un policía de aduanas muy amable examinó nuestros documentos. Unos metros más adelante estaba la oficina del puerto, donde pudimos obtener le permiso de navegación para el barco. Como ya era muy tarde, decidimos amarrar en una de las boyas libres junto al embarcadero de la aduana. Al visitar el pueblo y caminar por la carretera principal, enseguida nos dimos cuenta de la autenticidad y sencillez del país. Nos quedamos fascinados e inmediatamente nos sentimos transportados a nuestra pasada estancia en Indonesia en 2016.

La siguiente parada de la ruta fue Tivat, un contraste extremo con Zelenika. En Tivat llama inmediatamente la atención el lujoso puerto de Porto Montenegro, un lugar que combina modernidad y exclusividad. En el muelle se pueden admirar los yates más lujosos y la gente que compite por ver quién luce la mejor ropa o los accesorios de moda más caros. Incluso el segundo velero más grande del mundo está atracado allí. En cuanto nos alejamos de las calles del puerto, Porto Montenegro muestra su lado más original. Es sin duda un lugar de contrastes.

En Kotor, encontramos un lugar para fondear al lado de algunos otros barcos. Allí hicimos nuestra primera gran pausa de navegación donde dedicamos cinco días a explorar más a fondo la bahía de Kotor. Aunque la influencia del turismo ya se notaba claramente, pudimos disfrutar de días tranquilos rodeados de naturaleza y del aire fresco de la montaña. La arquitectura medieval, los callejones de piedra y las viejas murallas que rodean el casco antiguo nos hicieron retroceder en el tiempo. Por primera vez, nos animamos a salir a correr por la mañana e hicimos una ruta en bicicleta hasta Perast, en el otro extremo de la bahía.

Una de las excursiones especiales fue la subida a la fortaleza de San Juan. Aunque el camino tiene muchos escalones, la vista panorámica desde la cima mereció todo el esfuerzo. La vista de la hermosa bahía de Kotor es fascinante.

Herzeg Novi es una de las ciudades más jóvenes del Adriático y tiene un largo paseo marítimo y un casco antiguo con terrazas. Paseamos por sus calles y visitamos la fortaleza de Kandi Kula. Allí aprendimos más sobre la historia de la ciudad y sus conquistas.

En Sveti Stefan, hicimos una breve parada para pasar la noche. El casco antiguo de la península estaba cerrado. Por desgracia, el fondeadero no estaba nada protegido de las grandes olas, lo que nos hizo pasar la noche más movida hasta entonces. pasamos nuestra noche más rocosa hasta la fecha. A la mañana siguiente bajamos del barco lo antes posible y fuimos a dar un paseo por el paseo de la playa, que pertenece a un hotel, pero está abierto al público. Es un lugar encantador, pero sólo recomendable sin oleaje.

Desde allí fuimos directamente a Bar, donde declaramos nuestra salida antes de navegar hacia Albania. En una breve parada fondeando frente al puerto, exploramos la ciudad a pie. Era un lugar muy autócnono lleno de gente local y poco turismo.

Mientras viajábamos hacia Albania, seguíamos recordando nuestra estancia en la bahía de Kotor. La amabilidad de la gente y el impresionante paisaje permanecerán en nuestra memoria. Sin duda, es un país que nos gustaría volver a visitar, sobre todo para explorar el interior.

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